Los restos de Diego Maradona fueron enterrados en un
cementerio de Bella Vista junto a sus padres
El mejor de todos los tiempos murió el miércoles, a los 60
años. Fue velado en la Casa Rosada en medio de un gran caos y enfrentamientos
que empañaron el momento. Miles de personas siguieron el cortejo fúnebre en
caravana.
Para muchas generaciones de argentinos y de fanáticos del
fútbol en el mundo, fue el mejor. Con sus luces y sombras, el planeta entero
sabe quién fue Diego Maradona. Cuesta hablar en pasado, pese a que murió este
miércoles, a los 60 años. Este jueves fue sepultado junto a sus adorados
padres, Doña Tota y Don Diego, en el cementerio privado Jardín Bella Vista.
Un sacerdote hizo un responso y luego, el último adiós a
Diego Maradona. De la ceremonia íntima participaron su exmujer, Claudia
Villafañe, sus hijas Dalma, Giannina y Jana. Estuvo Verónica Ojeda junto al
hijo que tuvo con el ídolo: Dieguito Fernando. También asistió Guillermo
“Guillote” Cóppola, exrepresentante del Diez. Diego Junior, internado en Italia
con un cuadro de COVID-19, no pudo viajar.

Todo lo que sucedió después de que se conoció la noticia de
su muerte fue tan controversial como su vida. Megaoperativos de seguridad donde
quiera que fuera el féretro. Tanto en la morgue de San Fernando, donde se hizo
la autopsia; a lo largo del recorrido que trasladó sus restos desde allí hasta
la casa velatoria en La Paternal; el trayecto en plena madrugada rumbo a la
Casa Rosada, donde se lo despidió en una ceremonia íntima primero y masiva
después; y el último viaje, hasta el Jardín de Bella Vista.
Más de mil efectivos de distintas fuerzas de Seguridad custodiaron el momento. La Municipalidad de San Miguel les pidió a los vecinos que colaboraran con la familia del Diez. Sin embargo, hubo incidentes en los alrededores del cementerio.
Diego sintió el amor de la gente hasta el final. Así lo demostraron las miles de personas de todas las edades que se apostaron en el camino desde la Casa de Gobierno, en Capital Federal, hasta Bella Vista. Todos aplaudieron, hicieron sonar sus bocinas, lloraron, gritaron, saludaron, se persignaron ante el paso del coche fúnebre. Hubo un pequeño detalle que no pasó desapercibido: quienes guiaban la caravana se confundieron el camino -o decidieron evitar el Camino del Buen Ayre por la cantidad de gente- y esto demoró la llegada del Diez a su descanso final.
La foto de Diego Maradona a cajón abierto: la imagen quedespertó la indignación y el repudio de todos
Los incidentes
Más temprano, el descontrol y el caos le ganaron por
momentos a la emoción y el dolor de la despedida. Después del velatorio
privado, donde Claudia Villafañe, Dalma, Jana y Gianinna estuvieron rodeadas de
los más íntimos de los Maradona, hubo un homenaje público al que todos
quisieron asistir. La fila para llegar hasta la Capilla ardiente montada en
Casa Rosada fue tan larga que por momentos superó los cuatro kilómetros, desde
Plaza de Mayo, por la avenida 9 de Julio hasta Bernardo de Irigoyen y Garay.
El horario estipulado era de 6 a 16 de este jueves.
Alrededor de las 14, cuando la familia se negó a extender el plazo y las
autoridades decidieron cerrar la cola en la Avenida de Mayo y 9 de Julio, hubo
enfrentamientos con la policía, balas de goma, heridos y detenidos. Los
incidentes no cesaron hasta que se dio por terminada la ceremonia.
La increíble historia del joven que llegó de rodillas a CasaRosada para despedir a Maradona
El peligro del féretro, el Patio de las Palmeras “militante”
y el busto de Yrigoyen
A las 14.27, un grupo de personas empezó a trepar las rejas
de la Casa Rosada y tiraron abajo una puerta interna. Allí la situación se desmadró.
Los hinchas comenzaron a ingresar al salón en el que se
velaban los restos de Diego Maradona y corrieron la valla que los separaba del
féretro. Entonces se desataron los incidentes y hubo gases lacrimógenos y corridas
en el salón gubernamental.
Inmediatamente, personal de Seguridad de la Casa Rosada
trasladó el féretro al Salón de Pueblos Originarios y puso a resguardo a la
familia del Diez.
Otra de las postales de la jornada fue cuando el Patio de
las Palmeras, en los jardines internos de la Casa de Gobierno, se llenó de
hinchas que aprovecharon para sacarse fotos y mojarse en la fuente que hay en
el lugar, mientras le cantaban sus reverencias al ídolo.
El fervor y la tensión dominaron todas las escenas posibles.
Y hasta el busto del expresidente Hipólito Yrigoyen exhibido en la Casa Rosada
se vio afectado: un grupo de personas que entró repentinamente para despedir a
Diego lo tiró al piso y le provocó daños.
Familia, deportistas, artistas y líderes políticos se
despidieron del Diez
Las “nenas”, como les decía Maradona a sus hijas Dalma y
Giannina y su exesposa Claudia Villafañe se pusieron al hombro todos los
preparativos para despedirlo. Llegaron a la Casa Rosada a la medianoche para
ultimar los detalles del adiós al ídolo máximo del fútbol argentino.
El “aporte” del Diez a la teoría económica y a la peleacontra la inflación
A Dalma se la pudo ver con una camiseta de Boca en la mano,
a modo de homenaje hacia su padre. La colocó encima del féretro. Es la que
utilizó el Diez el día de su despedida en La Bombonera, en 2001, el famoso día
que juntó a grandes amigos y estrellas del fútbol y soltó una de las frases más
contundentes de la historia: “Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se
mancha”. Además, la familia puso una bandera argentina y una camiseta de la
Selección.
Sus compañeros del mundial de México ’86 fueron de los
primeros en llegar. Entre los jugadores de aquella histórica Selección
estuvieron Oscar Ruggeri, Sergio Batista, Jorge Burruchaga, Ricardo Giusti,
Oscar Garré y Carlos “Chino” Tapia. También participó de la despedida el mítico
masajista del conjunto nacional, Víctor Galíndez.
Los familiares e invitados de la familia Maradona ingresaron
por la entrada de explanada de avenida Alem, esquina Rivadavia. Por allí
también pasó muy temprano el exrepresentante del Diez Guillermo Coppola.
Otra de las exparejas de Maradona, Verónica Ojeda, se hizo
presente en Casa Rosada a la medianoche junto Dieguito Fernando, el hijo menor
del Diez. Se retiró cerca de las cuatro de la mañana en medio de un llanto
desconsolado. La mediática se había enterado de la muerte de su gran amor en
diálogo con el periodista Jorge Rial, quien la alertó pidiéndole que llamara al
exfutbolista porque algo raro estaba ocurriendo.

A las 6.17, se
abrieron las puertas de la capilla ardiente montada en el interior
de la casa de Gobierno, en Balcarce 50, para que los hinchas pudieran ingresar. Minutos antes, se vivieron momentos de tensión: hubo
corridas, empujones y forcejeos de fanáticos con la Policía. Los fanáticos corrieron
los vallados en Plaza de Mayo, empujaron para entrar y se enfrentaron con las
fuerzas de seguridad, que montaron un enorme operativo. Una persona resultó
herida.
A las 10.52 aterrizó
el helicóptero presidencial. Alberto
Fernández llegó junto a su pareja Fabiola Yañez, el vocero presidencial Juan Pablo Biondi y el secretario general de la
presidencia Julio Vitobello.
Al ingresar, fue recibido por su Jefe de Gabinete Santiago Cafiero y se fundió en un abrazo con el
periodista “Tití” Fernández.
Más tarde, la vicepresidenta Cristina Kirchner llegó al
lugar para despedirse del Diez. Entre los ministros que asistieron al velatorio
estuvieron Matías Lammens (Turismo y Deportes), Felipe Solá (Relaciones
Exteriores), Daniel Arroyo (Desarrollo Social), Matías Kulfas (Desarrollo
Productivo), Mario Meoni (Transporte) y Ginés González García (Salud), como
también el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz.
Murió el dios, Diego Armando Maradona
Además, se encontraba un grupo de diputados del oficialismo;
el ministro de Desarrollo bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque; el arzobispo de
Buenos Aires, Mario Poli, y excompañeros de Maradona en el mítico equipo
juvenil de los “Cebollitas”.

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