Murió el dios, Diego Armando Maradona
Tenía 60 años y fue operado de urgencia hace tres semanas.
Diego Armando Maradona, considerado uno de los mejores
futbolistas de la historia, murió a los 60 años tras sufrir una parada
cardiorrespiratoira en su casa de la localidad de Tigre.
Maradona, ganador del Mundial’86 con la selección argentina,
fue ingresado de urgencia hace tres semanas en una clínica de la ciudad de La
Plata, por un problema relacionado con el bypass gástrico al que se sometió en
2005, y ha fallecido este miércoles.
¿Cómo se escribe que murió Diego Maradona? ¿Se escribe que
murió como mueren las personas, el resto de las personas? En las escuelas de
periodismo y en los talleres de escritura se enseña mucho y se puede aprender
todo. Pero nadie te enseña cómo escribir que murió Diego Maradona. Tal vez
porque nadie nunca quiso.
¿Cómo cuenta la vida de Diego Maradona ahora que ya se sabe
que no hay más Diego Maradona en la tierra? ¿Cómo se resume? ¿Se resume? ¿Cómo
se hace, Diego? ¿Cómo lo hiciste? Si cada segundo de tu vida fue una
historia... Jugaste con la 10, inventaste la 10. ¿Tal vez por década? Ahí va.
Las seis décadas del 10
Parte 1: 1960- 1970
Diego Armando nació a las 7:05 a.m. del domingo 30 de
octubre de 1960 en el Policlínico de Lanús, ubicado entonces en la calle Río de
Janeiro al 1910. Hijo de Dalma Salvadora Franco, Doña Tota, y “el declarante”,
como citaron a Don Diego Maradona en el acta de nacimiento del cuarto de los
ocho hijos de la familia.
A los tres años le regalaron su primera pelota de fútbol. La
primera noche durmió abrazado a ella. No la soltó nunca más. Estudio en el
Comercial Avellaneda hasta que el fútbol cerró su etapa escolar, a los 12 años.
Parte 2: 1970- 1980
Diego tenía 10 cuando alzó su voz por primera vez ante un
micrófono y miró a cámara para contarle al mundo sus dos sueños.
Y fue poco después cuando el astro dio su primera nota para
un medio escrito. “Tengo 12 años. Estoy en 7°. Soy correntino (sic), pero vivo
en Fiorito desde los 9. Mis compañeros también juegan bien…”. Fue una tarde
agosto de 1973 cuando fue entrevistado por el periodista Horacio Del Prado para
El Gráfico.
Ese día también hubo foto. La primera suya que se publicó.
La tomó Oscar Prego y decía al pie: “Diego Maradona. Correntino de 12 años. Ya
las sabe todas”.
Del Prado y Prego fueron casi que obligados al estadio del
Bicho. Es que fue en 1972 a partir de cuando numerosas cartas de lectores
comenzaron a apilarse en la redacción de El Gráfico advirtiendo sobre “un
chiquito que juega fenomenalmente al fútbol, una cosa nunca vista”; “un chico
que ilusiona por su habilidad y su juego, ni se cómo se llama, lleva la numero
10 y pueden verlo en las inferiores de Argentinos Juniors”.
La historia de cómo surgió aquella cobertura fue revelada
por Ernesto Cherquis Bialo, entonces subdirector de la publicación, quien
recordó que Héctor Vega Onesime, director editorial, dijo durante una cena de
sumario: "Y habrá que ir a ver al pibe ese”. La nota se tituló: “Estos
piben la rompen”.
Tenía 12 años Maradona y la gente ya tuiteaba sobre él en
formato de carta de lectores. Duré, Celvaggi, Lucero, Estévez, Carrizo, Chamán,
Rodríguez, Della Buona, Maradona, Santagatti, Trotta, Delgado, Sánchez,
Montaña, Escobar, Ojeda, Mongiardín. Eran los Cebollitas de 1960, equipo al que
Diego se incorporó a sus 9.
Diego llegó a Argentinos Juniors con edad de Novena
División, tras ser descubierto por Francis Cornejo, histórico coordinador de
las divisiones inferiores del Bicho. Al año siguiente pasó a Octava y con
apenas 15 años debutó en Primera. Fue el 20 de octubre de 1976 en un partido
frente a Talleres, por el campeonato nacional. Juan Carlos Montes, el técnico
que lo puso, lo seguía a cada paso en las inferiores. “Quería avisarle que el
domingo usted va a jugar en la Primera. Así que, desde el martes, entrena con
los titulares”, le avisó.
Firmó su primer contrato a los 17 y le pidió a la dirigencia
una sola cosa: “Una casa, para vivir con mis viejos y mis siete hermanos, así
estamos todos juntos. Todos viven conmigo”, dijo, orgulloso.
Tal era el impacto del 10 que con apenas 16 años y cuatro
meses debutó en la Selección Mayor: fue el 27 de febrero de 1977 cuando ingresó
en lugar de Leopoldo Jacinto Luque en un 5-1 de un amistoso ante Hungría.
"Prepárese que va a entrar. Haga lo que sabe”, le pidió César Luis
Menotti.
Maradona fue el máximo goleador de los torneos argentinos de
los años 1978, 1979 y 1980, mientras que en 1979 integró la selección juvenil
que ganó Mundial de Japón de la categoría Sub 20. De ese campeonato que tuvo
nombres inolvidables, Diego fue el Balón de Oro, el mejor de la Copa.
Etapa 3: 1980-1990
Lo fueron a buscar América de Cali de Colombia, Sheffield
United de Inglaterra. Lo quiso River y le ofreció contratarlo por la misma
cifra que ganaba Ubaldo Fillol, la máxima estrella del equipo. Dijo que no,
porque quería jugar en Boca, club por el que fichó en 1981. Debutó el 20 de
febrero contra Talleres de Córdoba y el Xeneize ganó 4 a 1 con dos goles suyos.
Ese año terminó para Diego con la obtención del Torneo Metropolitano, el único
título que obtuvo en la Argentina.
Diego ya era Maradona. Con la camiseta del Xeneize ya le
había hecho cuatro goles en cuatro partidos a River (más los cinco que le había
convertido con Argentinos), entre ellos uno inolvidable de tiro libre en el
Torneo Nacional del 81.
Todo aquello le valió, con 21 años, el llamado del Flaco
Menotti para integrar la Selección Mayor que disputó el Mundial de 1982. Esa
fue su primera Copa del Mundo y el 18 de junio de 1982 anotó ante Hungría sus
primeros dos goles en la máxima cita de la que Argentina se fue muy
prematuramente, en segunda ronda.
El Mundial 82 hizo que una parte de España, específicamente
Barcelona, se enamorara de su magia y el club blaugrana lo contrató por 1200
millones de pesetas (hoy unos 7.2 millones de euros), una cifra astronómica
para entonces. Y allí comenzó su exitoso derrotero europeo: con los culé ganó
Copa de la Liga y Copa del Rey (1983) y la Supercopa de España (1984).
Y llegaron los amores... En 1984 Diego se casó con Claudia
Villafañe, acaso la mujer más importante de su vida y con quien fue padre de
Dalma y Gianinna. Ese año, además, fichó por Napoli, tierra que podría
rebautizarse con su nombre. Con el equipo del Sur italiano ganó las ligas de
1987 y 1990, la copa UEFA de 1989 y la Supercopa de Italia de 1991.
No hay monarquía en Italia pero si la hubiese, Maradona
sería el rey.
Pero la leyenda Maradona se contaría por todo lo alto en
América, con el título que ganó con la Selección Argentina en el Mundial de
México 1986. Sus goles a Inglaterra, el primero con la mano, la de Dios, y el
segundo con el Mejor gol del Siglo XX, cuando “la va a tocar para Diego, ahí la
tiene Maradona, lo marcan dos, pisa la pelota Maradona, arranca por la derecha
el genio del futbol mundial, y deja el tercero y va a tocar para Burruchaga...
Siempre Maradona! Genio! Genio! Genio! ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta... y Goooooool...
Gooooool... Quiero llorar! Dios santo! Viva el futbol! Golazo! Diego! Maradona!
Es para llorar perdonenme... Maradona, en una corrida memorable, en la jugada
de todos los tiempos... barrilete cosmico... ¿de qué planeta viniste? Para
dejar en el camino tanto inglés, para que el pais sea un puno apretado,
gritando por Argentina.... Argentina 2 - Inglaterra 0... Diegol, Diegol, Diego
Armando Maradona... Gracias, Dios, por el fútbol, por Maradona, por estas
lágrimas, por este Argentina 2 - Inglaterra 0...”
Etapa 4: 1990-2000
Diego Armando Maradona había regado de gloria al pueblo futbolero.
Ya se había enfrentado a buena parte del poder en su paso por Boca y humillado
a los grandes en Italia. Ya había sido campeón del mundo y finalista en Italia
90. Era una leyenda de todos los tiempos cuando aún no había cumplido los 30
pero fue aquel un tiempo en el que su adicción a las drogas ya había empezado,
aunque recién comenzaba a trascender como un verdadero problema.
La imagen más impactante, sin embargo, fue tomada en Buenos
Aires, adonde viajó para atravesar su castigo, cuando el 26 de abril de 1991 y
tras un allanamiento en un departamento del barrio de Caballito fue detenido
por la policía federal por posesión de drogas. Quedó en libertad el 28 de abril
de 1992 pero la causa siguió pesando sobre su figura.
El declive en el ámbito personal impactó en el deportivo. Su
carrera en Europa finalizó tras su paso por Sevilla, en la temporada 1992-1993,
época en la que sólo marcó siete goles y mostró un estado físico dinamitado por
los excesos, además de enredarse en peleas con los directivos y con Carlos
Slavador Bilardo, el entrenador con el que había sido campeón en México 86. El
club español había pagado por él cerca de 7.5 millones de dólares.
Regresó a la Argentina para jugar primer en Newell’s
(1993-1994) y después en Boca, en 1995. En el medio, el Mundial de Estados
Unidos, el último en el que vistió la camiseta de la Selección Argentina y
aquel en el que mencionó otra histórica frase tras su dóping positivo en el
control posterior al triunfo por 2 a 1 ante Nigeria por la segunda fecha de la
fase de Grupos. “No quiero dramatizar, pero creéme que me cortaron las
piernas”, dijo tras ser excluido de esa Copa del Mundo.
Ese año, 1994, ocurrió también el famoso episodio en el que
Diego, enojado por la intromisión de periodistas y reportes que hacían guardia
en su quinta de Moreno, buscó un rifle de aire comprimido y disparó contra
ellos. En 2002 quedó firme la condena a prisión de dos años en suspenso.
Su regreso a Boca como futbolista en 1995 después de
malogrados intentos de lanzarse como DT en Mandiyú de Corrientes y en Racing,
no tuvo grandes impactos y el 25 de octubre de 1997 jugó su último partido como
profesional, por la fecha 10 del Apertura, y nada menos que ante River. Inició
como titular y el técnico Héctor Veira lo reemplazó en el ET. El Millonario
había empezado ganando pero el Xeneize lo dio vuelta para sentenciar un 2-1.
Esa noche, Diego dejó otras de sus frases para el recuerdo: “Boca jugó a lo
Boca y River fue River. Jugó un gran primer tiempo y en el segundo tiempo... se
le cayó la bombacha”.
Etapa 5: 2000-2010
Acaso la primera de las más delicadas en la vida del mejor
de todos los tiempos. Con excepción de su primera internación, ocurrida en 1997
por un cuadro de presión arterial sufrido en Chile, en esta década fue
ingresado a distintos nosocomios en cuatro oportunidades, llegando en una a
estar al borde la muerte.
Fue en enero de 2000 cuando fue internado de urgencia en el
Sanatorio Cantegril debido a una crisis hipertensiva y un cuadro de arritmia
ventricular. Se encontraron restos de cocaína en su cuerpo y una vez que le
dieron el alta viajó a Cuba para someterse a una desintoxicación y tratamiento
contra su adicción.
Para entonces ya se había peleado con su histórico
representante y amigo, Guillermo Cóppola, distintas mujeres alrededor del mundo
le reclamaban la paternidad de sus hijos y los costos económicos, y la guerra
por la marca Maradona entre familiares y círculos íntimos que cambiaban de
nombres con facilidad, aprovechaban las debilidades de Diego para sacar sus
tajadas.
Diego perdía plata, propiedades, su imagen y figura se
erosionaban por sus excesos y escándalos. Pero volvió, una y otra vez volvió.
En 2008 asumió la conducción técnica de la Selección
Argentina. Fue un ciclo mejor de lo que se lo recuerda, con 24 partidos
dirigidos de los cuales ganó 18, no empató y perdió seis, pero sentenciado por
el lapidario 0-4 ante Alemania en los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica
2010.
Etapa 6: 2010-2020
Sin lugar en el fútbol argentino pese a la oportunidad que
esperaba y aseguraba merecer, Diego encontró en el exterior su continuidad como
DT. Primero en el Al Wasl de Emiratos Árabes y más tarde allí en el
Al-Fujairah. En 2018 Dirigió a los Dorados de Sinaloa en México pero la espina
seguía clavada en su costado. Su país le daba vuelta la cara cada vez.
En esta, la década que transcurrió hasta el presente, sufrió
otras cuatro internaciones y hasta una muerte que no fue. En 2012 fue ingresado
por cólicos renales, en 2018, tras la última fecha de la zona de grupos del
Mundial Rusia 2018, vivió con tanta emoción el triunfo de la Selección ante
Nigeria, por lo que se descompensó y fue internado. Ese día se informó de
manera falsa que había fallecido. En 2019, en tanto, sufrió un sangrado
estomacal por el que también debió ser atendido de urgencia.
El llamado de Gimnasia de La Plata para ofrecerle en 2019 el
cargo de entrenador volvió a darle sentido a su vida. Volvió a reír en momento
de máxima angustia por la pérdida de su madre y su padre. Por el alejamiento de
Dalma y Gianinna más allá de haberse acercado a sus otros hijos reconocidos,
Diego Jr., Jana y Diego Fernando. La luz de sus ojos, decía, era su nieto
Benjamín, hijo de Gianinna y Sergio el Kun Agüero, pero volver a dirigir en su
país fue la vitamina de una nueva etapa.
Llegó el viernes 30 de octubre de 2020. El día en que
cumplió 60 años. El mundo celebraba la Navidad Maradoneana desde el primer
minuto del día con saludos y homenajes que se extendieron durante toda la
jornada, un día en el que en circunstancias del reinicio del torneo argentino
tras más de siete meses de pausa por la pandemia, mostró una imagen impactante:
un muy mal estado de salud que apenas le permitió estar un puñado de minutos en
el campo de juego donde Gimnasia hacía su presentación y con la permanente
asistencia de sus colaboradores antes de retirarse a su domicilio y, más tarde,
ser internado en una clínica de La Plata. Fue el cumpleaños más triste.
Primero fue estabilizarlo emocionalmente por el bajón de
ánimo con el que llegó. Luego se intentó reorganizar sus dosis de medicamentos,
todos los que consume. Su médico ordenó distintos estudios para establecer un
diagnóstico: se determinó un hematoma subdural por el que debió ser trasladado
a una clínica de la zona norte del conurbano bonaersense para someterse allí a
una cirugía que descomprimiera el cerebro presionado por el coágulo.
“Ese chico se llama Diego Maradona. La rompe. Pero se
mantiene sin afectaciones ni agrandes”, escribió Horacio Del Prado en la nota
del 73. Maradona fue todas las personas posibles. Fue todos los dioses y
demonios. Fue idioma y silencio. Fue bronca y dolor. Fue el triunfo de un país,
fue el desafío de una nación. Fue las Malvinas Argentina contra Inglaterra y
fue pueblo. Fue música, fiesta y excesos y si yo fuera Maradona viviría como
él.
¿Cómo se escribe que murió Diego Maradona? ¿Se pone la
fecha, 3 de noviembre de 2020, y ya? ¿Alguien sabe cómo se hace? ¿Por qué nadie
lo enseña? ¿Cómo se enseña? Se escriben hoy las líneas que nunca nadie quiso.
Gracias por todo, Dios eterno. Descansa en paz.
SE DECRETO DUELO NACIONAL
Alberto Fernández decretó tres días de duelo nacional por la
muerte de Maradona
"A los argentinos sólo nos dio alegrías",
consideró Fernández. La vicepresidenta, Cristina Kirchner, lamentó su
fallecimiento: "Se fue un grande. Hasta siempre Diego, te queremos
mucho"
El presidente Alberto Fernández decretó tres días de duelo
nacional por la muerte del ídolo futbolístico Diego Armando Maradona.
"Con motivo del fallecimiento de Diego Armando
Maradona, el Presidente de la Nación decretará tres días de duelo nacional a
partir del día de la fecha", indicó Presidencia en un comunicado.
La leyenda del fútbol se descompensó en su casa del barrio
San Andrés, cercano a Nordelta, y sufrió un paro cardiorespiratorio. Pese a la
atención de los médicos de las nueve ambulancias que acudieron al lugar, no
pudo ser reanimado. Tenía 60 años.
NOTICIA EN DESARROLLO ESTA SIENDO ACTUALIZADA
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