Murió Fernando “Pino” Solanas a los 84 años
El embajador estaba internado por coronavirus en París desde
hace tres semanas. Su estado se había agravado en los últimos días.

El embajador ante la Unesco, Fernado “Pino” Solanas, murió
este viernes en la ciudad de París, Francia, en donde cursaba la enfermedad
Covid-19 desde hace tres semanas. Su estado de salud se había agravado en los
últimos días.
La noticia fue confirmada por la Cancillería Argentina, a
través de la red social Twitter, donde informaron que el dirigente “murió en
cumplimiento de sus funciones como embajador” y destacaron que Pino será
recordado “por su arte, compromiso político y su ética puesta siempre al servicio
de un país mejor”.
El exsenador tenía 84 años y su labor diplomática lo había
llevado hasta la capital francesa junto a su mujer, Ángela Correa, que se
encuentra internada por coronavirus en el mismo centro de salud en el que
falleció Solanas.
Durante los primeros días de su internación, el propio Pino
se había reconocido como un paciente de riesgo y se anticipaba a una dura lucha
contra este virus. “Amig@s sigo en terapia intensiva. Mi estado es delicado y
estoy bien atendido. Sigo resistiendo. Con mi mujer, Angela, que también se
encuentra internada, queremos agradecer los apoyos a todos. No dejen de
cuidarse”, fue su último mensaje en la red social Twiter.
De esta forma, la pandemia le puso fin a una de las figuras
más artísticas de la política y con más foco político del mundo del arte. Es
que Solanas se destacó como una figura multifacética que se inició como
cineasta en la década del 60′ con films de alto voltaje político y con muchas
críticas a lo que él llamó el “neocolonialismo".
En 1968, en pleno gobierno de facto de Juan Carlos Onganía,
Pino lanzó su primer largometraje, La hora de los hornos. Allí hacía una cruda
descripción de los padecimientos de la clase obrera y daba cuentas de la
violencia estatal que se vivía no solo en la Argentina sino también en América
Latina.
Después, fundó el grupo "Cine Liberación” junto a su
amigo Octavio Getino. Entonces, generaron una gran corriente artística que se
vinculaba con organizaciones sociales locales y formaron una resistencia a la
Dictadura.
Por si había dudas de su compromiso político, su segundo
largometraje fue un extenso reportaje a Juan Domingo Perón de 1971, llamado
Perón: Actualización política y doctrinaria para la toma del poder.
Amenazas de muerte y exilio en París
En 1975 la situación de Solanas en la Argentina ya era muy
complicada: había sido amenazado de muerte por la Triple A y, según varios
testimonios, sufrió un intento de secuestro. Es por eso que decidió radicarse
en París, curiosamente donde murió más de treinta años después.
Desde el exterior, estuvo activamente involucrado en la
defensa de los derechos humanos y denunció a la dictadura militar a nivel
internacional. Con el triunfo de Raúl Alfonsín en 1983 regresa al país y filma
Tango, El exilio de Gardel, y luego en 1988 Sur, ambas premiadas en los
festivales de cine más prestigiosos del mundo.
La llegada a la política en los 90 y el atentado de 1991
Los comienzos de los 90 marcan su irrupción de lleno en el
mundo de la política, y su voz se alza para criticar al gobierno de Carlos Saúl
Menem (1989-1999).
Entonces, promovió la modificación de la ley de
Radiodifusión que regía durante la dictadura militar y se mostraba
particularmente crítico con las privatizaciones y la ley de reforma del Estado
promovidas por la administración menemista.
El 22 de mayo de 1991, sufrió un atentado en las calles de
Buenos Aires después de que denunciara la “mafia menemista” y el “saqueo de
YPF”. Dos desconocidos le dispararon seis tiros, cuatro de los cuales
impactaron en las piernas.
En 1992, de la mano del dirigente Luis Brunati gestan el
Frente del Sur, presentándose ese mismo año como candidato a senador nacional
por la Ciudad de Buenos Aires.
Luego, en 1993, se funda el Frente Grande, con la inclusión
del sector que lideraba Carlos “Chacho” Alvarez, y “Pino” Solanas es electo
diputado nacional por la provincia de Buenos Aires.
Solanas juega un rol importante en la elección a
convencionales constituyentes para la reforma constitucional de 1994,
obteniendo casi 18% de los votos en la provincia de Buenos Aires.
Desencantado con lo que consideraba un giro “a la derecha”
del Frente Grande, a partir del “Pacto del Molino” entre “Chacho” Álvarez,
Graciela Fernández Meijide, y José “Pilo” Bordón, Solanas termina su mandato en
1997 y decide replegarse en su rol como cineasta.
Su actuación política estuvo dominada por algunos temas que
lo obsesionaban, como la defensa del medio ambiente y la deuda externa
argentina, cuyo origen cuestionaba en duros términos.
En 1998 termina su película La Nube, y es premiado en los
festivales de Venecia y La Habana, en este último caso por su trayectoria.
Luego vendrán sus películas Memoria del Saqueo, La Próxima
estación y La Dignidad de los Nadies, sobre la deuda, la precaria condición
social y económica de Argentina y la crisis de los ferrocariles mientras en
2007 estrena Argentina Latente, su documental sobre el potencial científico de
Argentina.
Retoma entonces su carrera con un gran ritmo. En 2007 encara
la candidatura a Presidente de la Nación por Proyecto Sur, proponiendo la
nacionalización de los recursos estratégicos, y quedó en quinto lugar con el
1,6 % de los votos..
Fue luego electo diputado nacional por el período 2009-2013
y senador nacional entre 2013 y 2019.
Su compromiso con el medioambiente quedó patente en sus
documentales La guerra del fracking (2013), sobre los efectos contaminantes de
Vaca Muerta, y Viaje a los pueblos fumigados (2018), sobre los efectos de los
agroquímicos.
A mediados del año pasado, Solanas resolvió respaldar la
fórmula presidencial Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner y fue
electo diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires para el período
2019-2023.
El presidente Alberto Fernández le pidió que renuncie a su
banca para desempeñarse como embajador argentino ante la Unesco, cargo que
desempeñó en París hasta su muerte.
Al resumir sus ideas políticas, Solanas explicaba que fundó
Proyecto Sur para “profundizar una propuesta política, económica, social y
cultural para el país”. “Ubicamos el respeto a la condición humana sobre
cualquier otra consideración, proclamando como principios básicos la defensa
del ambiente y la propiedad pública de nuestros recursos naturales, como
condición para alcanzar una auténtica justicia social y garantizar la soberanía
nacional”.
“Se trata de cambiar esta Argentina saqueada y esta
pseudo-democracia para reemplazarla por una Argentina justa y
latinoamericanista con pleno protagonismo popular”, afirmaba Pino por ese
entonces.
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